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Bajo la sombra de Sir. Alex; El United no carbura

  • Francisco Mariscal |@MariscalPakillo
  • 24 ene 2016
  • 5 Min. de lectura

Desde la despedida de Sir Alex Ferguson el Manchester United se ha convertido en una montaña rusa difícil de conducir para todo aquel que se atreva a intentarlo. Tras una breve e inacertada experiencia con David Moyes, los propietarios decidieron contratar a un nombre contrastado en los banquillos y darle las riendas de un nuevo proyecto Devil; se trataba de Louis Van Gaal. El holandés venía de hacer semifinalista del mundial de Brasil a una de las peores Holandas de la historia reciente.


La primera temporada de Van Gaal fue pragmatismo puro y duro, mucho cambio de sistema, mucho modelo de juego diferente pero con un único objetivo: que el equipo entrase en Champions si o si. Pues bien, con el objetivo conseguido comenzó su segunda temporada y la paciencia con el técnico llegó a su fin; este curso había que pelear por la Premier y para ello el holandés hizo y deshizo a su criterio con el beneplácito de los dueños que le volvieron a llenar los bolsillos para que conformase una plantilla a la altura del club. El primer paso fue soltar todo el lastre que no creía necesario.


Se fueron futbolistas con poco protagonismo como: Jonny Evans, Darren Fletcher y James Wilson, otros jugadores con mucho peso en el equipo en los últimos tiempos: Nani, Robin Van Persie, e inversiones estratosféricas que no comulgaban con él: Ángel Di María, Radamel Falcao. El club invirtió más de 135 millones de libras para obtener una de las plantillas más poderosas de toda la liga, sin embargo los dos objetivos prioritarios (un central de jerarquía y un goleador nato) no llegaron nuca y esta carencia en esos puestos marcaría mucho el porvenir de la temporada.


La contratación clave para el estratega holandés fue la de Matteo Darmian; con el carrilero italiano y Luke Shaw en plenitud se intuía que el técnico podría adaptar el equipo a su sistema predilecto: el 3-5-2 que de hecho lo probó en pretemporada y algunos encuentros empezada la temporada, pero la llegada de un extremo puro como Memphis Depay unida a la lesión de gravedad de Shaw trastocaron sin duda los planes tácticos del equipo.


Los Red Devils han mostrado dos caras muy diferentes en este curso: si bien al principio de temporada sacaban los resultados y llegaron a liderar varias jornadas la liga, en los dos últimos meses cada partido que disputa el Manchester United, Van Gaal tiene un ultimátum en la mesa. El entrenador ha manejado dos estilos claramente definidos en esta temporada, pero siempre con el mismo sistema, un 4-3-3 reconvertido a 4-2-3-1 sin balón.


Mantener en la portería a De Gea ha sido clave para mantener la estabilidad defensiva; el arquero es insustituible y él solo gana partidos. Las continuas lesiones (otro de los problemas de los diablos rojos) han provocado que la defensa se haya alternado continuamente. La más utilizada ha sido Darmian (en cualquiera de los dos laterales) a quien le ha costado tomar el ritmo de la Premier y no ha conseguido ser tan participativo y profundo como en Italia.


Como central derecho Chris Smalling, el inglés quien fue muy cuestionado ha dado un paso adelante este curso y ha mejorado tanto en la marca como en obtener esa templanza de la que carecía; su pareja en la zaga es Daley Blind, el mejor en la salida de balón limpia desde atrás para iniciar juego, pero su falta de contundencia penaliza al equipo en fase defensiva. El holandés sufre mucho ante delanteros corpulentos de los cuales está plagada la Premier. El costado izquierdo está totalmente huérfano ante las lesiones de Shaw y Marcos Rojo, Ashley Young ha jugado ahí mostrando semana tras semana sus carencias defensivas.


El mediocentro puro es para Morgan Schneiderlin, el francés tiene mucha disciplina táctica y es un especialista en para realizar coberturas tras alguna pérdida, pero se le echa en falta un poco más de juego vertical o pase entre líneas (quizás porque aquí no tiene un especialista a su lado como era Wanyama en Southampton). El acompañante del galo ha sido el puesto más cambiante del equipo. Inició jugando Bastian Schweinsteiger, pero el alemán, como bien dejó entrever Guardiola, está marcado por las lesiones y su forma física ha dejado que desear; ni rastro de ese box to box y dinámico centrocampista que era en Alemania.


Michael Carrick jugó muchos encuentros también, pero la edad y el físico del inglés no están para el más alto nivel; continuas lesiones le han ido dejando fuera, eso sí, sigue siendo el más capacitado para iniciar el juego Devil. El cambio de estilo de las últimas semanas propuesto por Van Gaal toma forma en la figura de Fellaini, el belga se ha asentado al lado de Schneiderlin y ese juego de pase sin profundidad que le llegaba a dar porcentajes de hasta el 70% del control se han transformado en un juego mas directo y vertical.


Fellaini es la llave, el juego se inicia en balón largo de De Gea o Blind para el belga (normalmente posicionado a la izquierda) y éste baja el esférico para crear segunda jugada buscando rápidamente posiciones de remate. Los otros dos activos perjudicados por este cambio han sido Depay y Juan Mata; el holandés empezó pletórico, pero su actitud y apatía unidas a su poco juego de repliegue y capacidad defensiva le fueron dejando fuera del equipo. En ese flanco izquierdo le encontró acomodo a Anthony Martial, el francés quien llegó como delantero de área, pero su desborde, capacidad asociativa y necesidad de ver el juego de cara han convertido la línea lateral como su mejor posición.


En el lado opuesto Mata era el dueño y señor de la banda derecha, sin embargo la renuncia al balón y ha tener el control por parte de Van Gaal han convertido en suplente al español que siempre aporta cuando sale del banco su habitual juego entre líneas y visión. Después del movimiento de Martial hacia un costado, la mediapunta ha sido para Ander Herrera, quien es más una pieza de transición en 3/4 que el creador que conocemos; poca transcendencia en el juego culpa de la proposición del técnico.


Por último la punta de ataque es para Rooney, el inglés criticado por prensa y público (bien es cierto que se ha pasado muchos minutos en la enfermería) ha comenzado este 2016 goleando y dejando buenas sensaciones, ganándose la vida como atacante referencia. Aunque nunca ha sido centro delantero, con el juego poco propositivo de Van Gaal no extraña que el Wayne sea el único "9" de toda la plantilla.


El United vive de resultados in extremis, se ha convertido en un equipo plano sin identidad ni convicción; es sin duda el equipo de Louis van Gaal que menos parece un equipo suyo. Aunque el holandés ya ha dejado entrever que se marchará al final de temporada, sólo queda ver quien se atreve a tomar esta montaña rusa instaurada en Old Trafford , y es que la sombra de Sir Alex Ferguson sigue siendo muy alargada.

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