México 2-2 Alemania: Intensa primera defensa del oro

Un día antes de la ceremonia de inauguració de los Juegos Olímpicos y no en Río de Janeiro sino en Salvador de Bahía, la selección mexicana Sub-23 comenzó con la defensa de la medalla de oro. Su primer escollo, Alemania, volvió a la justa olímpica luego de 28 años de ausencia y lo hizo con un futbol que desnudó las flaquezas del cuadro de Raúl "Potro" Gutiérrez pero también permiió ver sus atributos, sobre todo uno: el contragolpe.

El segundo tiempo del partido de preparación en Puebla contra Argentina hace una semana fue tan positivo que en él se basó Gutiérrez para iniciar su andar en el grupo C. Rodolfo Pizarro como extremo derecho, Marco Bueno en compañía de Oribe Peralta y Michael Pérez junto a Erick Gutiérrez completaron el once inicial que se acomodó así:

Por su parte, Horst Hrubesch, sin amistosos que le sirvieran como parámetro, dispuso el siguiente 4-2-3-1:

En los primeros minutos del partido México supo incomodar la salida de balón alemana y obligó el despeje del portero Timo Horn. Pero cuando era su turno de salir desde atrás en automático saltaban líneas y ponían a competir a Oribe Peralta y Marco Bueno con los centrales Matthias Ginter y Niklas Suele, además de buscar tanto Erick Gutiérrez como Javier Abella a Hirving Lozano considerando que los alemanes habían hecho el recorrido hacia su izquierda y dejaban espacio suficiente para que Lozano luchara al espacio frente a Toljan.

Superado ese tramo de incómoda presión mexicana, Alemania no hizo más que basarse en una simple idea: recargar el costado izquierdo. Todo parte desde la posición muy adelantada y pegada a la cal del lateral izquierdo Klostermann, al que siempre le seguía Rodolfo Pizarro, marcación que le otorgaba una gran cantidad de espacio por dentro a Alemania.

Instalado en campo contrario, Alemania activó elementos: uno de los hermanos Bender se desprendía y se asociaba en ese sector izquierdo mientras que el otro fijaba por detrás. El extremo derecho Julian Brandt también se unió, separándose de su parcela y, por lo tanto, del lateral izquierdo Jorge Torres Nilo, y colaborando en esta acumulación de jugadores.

La falta de coordinación de los dos centrocampistas mexicanos, Michael Pérez y Erick Gutiérrez, fue total. Cuando Gutiérrez salía a apretar lo único que hacía era desproteger su espalda. Mientras tanto, Pérez estaba demasiado ocupado con el mediapunta Goretzka.

Fue entonces que al minuto 27 México estuvo a punto de abrir el marcador cuando se podía observar la primera modificación táctica del "Potro" Gutiérrez. Hirving Lozano se cambió a la banda derecha y Rodolfo Pizarro centró su posición y empezó a moverse con mucha libertad. Alemania también cambió, pero debido a una lesión de Goretzka: Serge Gnabry entró por él, se dirigió a la banda izquierda y envió a Max Meyer a jugar por detrás del punta Davie Selke. Los germanos no dejaron de explotar la izquierda y con mayor razón, pues los movimientos de Gnabry son más explosivos que los de Meyer.

México cerró el primer tiempo en 4-3-1-2: Michael Pérez quedó clavado en el centro de la cancha con Erick Gutiérrez como interior izquierdo e Hirving Lozano pegado a la banda derecha; Pizarro, centrado, abrió un poco a los puntas Marco Bueno y Oribe Peralta. Cuando Alemania llevó sus posesiones hasta campo enemigo, Bueno y Pizarro retrocedieron y Peralta se mantuvo arriba.

Para el arranque de la segunda mitad se conservó el tridente de ataque, pero hubo diferencias: Pizarro pasó a la derecha, Peralta a la izquierda y Bueno fue el mexicano más adelantado de la formación. Pero luego del silbatazo de Alireza Faghiani la única certeza fue que, en fase de defensa en propio campo, Pizarro bajó a apoyar a Michael Pérez en tanto que Bueno y Peralta esperaron al contraataque.

Hrubesch declaró que México era muy fuerte a balón parado, y fue a través de un tiro de esquina como recibió el primer gol del partido. La marcación zonal fracasó en el intento. A continuación se puede ver la facilidad con la que contó Peralta para cabecear.

Cinco minutos y unos pases entre líneas en contra después, México regresó al 4-4-2 original, pero la presión alta ya había sido cosa del pasado. Al instante Sven Bender se situó entre centrales y con suma facilidad Suele pasó a campo contrincante y sacó jugo de la colocación de Abella: el lateral no estaba sobre la línea vertical del balón, sino un poco adelante, suficiente para que le ganaran la espalda.

En menos de dos minutos le anularon un tanto a Alemania en un tiro de esquina. México siempre marcó mixto (zona + marca sobre cada posible rematador), pero en esta ocasión Selke no tuvo marca encima, y el balón le cayó justamente a él, sin embargo lo controló con el brazo.

A partir de aquí el dominio alemán fue abrumador y México sólo pudo salir gracias al extraordinario juego de espaldas de Marco Bueno y la amenaza al espacio de Lozano. Así se produjo la ocasión que remató Bueno y por último Pizarro para el 2-1:

A 12 minutos del final llegó el gol definitivo mediante un tiro de esquina en el que hago hincapié en dos detalles: el perfil del cobrador hace que el balón se aleje del portero y vaya directo al rematador, y quien está en el poste no sirve para absolutamente nada (como en el gol de Peralta que hay hombre en cada poste).

México no cambió el 4-4-2 a pesar de los cambios. El último, Víctor Guzmán por Lozano, mandó a Gutiérrez a la banda. Bueno pudo marcar la anotación de la victoria gracias a su agudeza para detectar el espacio, pero no lo consiguió.