México 5-1 Fiyi: La lógica se impuso al susto
- Gustavo Torres | @FutIncorrecto
- 8 ago 2016
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Sucedió lo que debía pasar en el 99.9% de los casos. Es incuestionable que México era infinitamente superior al rival de este domingo y que la goleada estaba presupuestada. Un lapsus de Alfredo Talavera fue capitalizado por los fiyianos y parecía producirse ese 0.1%, ese accidente del futbol, en el que el equipo más débil aprovecha la única que tiene y al más fuerte se le niega el gol.


La primera anotación, la que abriría las compuertas de la presa, no caía. Poco a poco la selección del "Potro" Gutiérrez se fue sacudiendo el arranque enérgico de los oceánicos, cuya presión alta era ejecutada más con base en el orgullo que en un buen diseño táctico, pero estaba siendo efectiva. Pero la gasolina iba a durar muy poco tiempo, como contra Corea del Sur, que apenas los derrotaba por 1-0 al minuto 60 y en media hora clavó siete goles más.
El entrenador mexicano no confió sólo en lo que estaba predestinado y ajustó para el segundo tiempo. Volvió ese 4-3-1-2 que se plasmó durante media hora en el debut contra Alemania: Michael Pérez como único centrocampista, Erick Gutiérrez (izquierda) y Carlos Cisneros (derecha) muy abiertos, y Alfonso González como mediapunta con libertad plena de movimientos.

Fiyi ya no apretaba la salida mexicana y defendiendo en propio campo salieron a la luz sus costuras. En menos de dos minutos cayó el primer gol y con él, naturalmente, todos los demás. Faltaba media hora de partido cuando ya estaba liquidado con un triplete de Gutiérrez, cerrando las jugadas que le llegaban desde la derecha. Sucedieron dos tantos más y el "Potro" se dio el lujo de descansar a Montes para darle minutos a Erick Aguirre, moviendo a Javier Abella a la central con Carlos Salcedo.
Por desgracia para México la goleada trajo consigo las lesiones de Oribe Peralta y Rodolfo Pizarro y más tarde Alemania y Corea del Sur terminaron empatados, justo el resultado menos conveniente porque obliga a México a vencer a los asiáticos o confiar en que Alemania no golee por más de tres goles de diferencia a Fiyi, a menos que acontezca ese 0.1% que descarte la necesidad de sacar la calculadora.