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La 'nueva' Roma de Spalletti

  • Francisco Mariscal | @MariscalPakillo
  • 8 feb 2016
  • 4 Min. de lectura

Diseño por: Adan Domínguez |@Adanelsiete


En el fútbol como en la vida cuando hay que despedirse más vale hacerlo con criterio y señorío que dejando un aureola negativa tras de ti. La vida da muchas vueltas y el destino de Luciano Spalletti le ha llevado de nuevo a casa, a Roma siete años más tarde de su marcha. El entrenador italiano vuelve al Olímpico en una situación muy diferente a su primera etapa, el club romanista ha prescindido de Rudi García por los resultados y por la falta de confianza de muchos pesos pesados del vestuario.


Rudi consiguió plantarle cara a la intratable Juventus con dos subcampeonatos y sobre todo arraigar su filosofía de juego ofensivo y vertical dentro de ese 4-3-3 tan característico (que le dio el doblete con su Lille y le otorgó un boleto hacia Italia en su día). Ahora Spalletti tiene la presión de cambiar la dinámica de resultados que es lo que se pide de inmediato, pero el reto personal es mayúsculo: cambiar la filosofía de juego tan antagónica con respecto a su predecesor.


Luciano se encuentra con una plantilla confeccionada por el anterior técnico, hecha a la imagen y semejanza del fútbol que proponía: muchos extremos, mucha gente rápida y vertical, medios con capacidad más de conducción que asociativa, defensas poco contundentes. Tomar una nave en marcha de este tipo en enero siempre es un hándicap añadido, aunque también tiene sus ventajas y es que al menos en este mercado invernal ha podido retocar el equipo con las llegadas de Diego Perotti, Stephan El Sharawaay y Ervin Zukanovic.


Con el beneplácito de la directiva y la afición de su lado Spalleti ha empezado a trabajar en darle forma a su Roma, y en menos de un mes se han podido ver los cambios producidos en el equipo tanto de esquema como de juego.


La Loba ha dejado de tener esas transiciones rápidas y búsqueda constante de los costados; no se busca atacar tanto los espacios sino generarlos. Con el cambio de sistema el equipo se ha hecho mucho más corto, pues Spalleti prefiere jugar en menos metros y mantener así la defensa protegida con el equipo compacto ante posibles pérdidas en zonas peligrosas.

Con respecto al once Spalletti ha variado su 4-2-3-1 de su primera etapa romanista a un 3-4-2-1, principalmente condicionado por la plantilla que se encuentra.


Bajo palos Szczesny es indiscutible más que por méritos porque es la mejor opción. En defensa la nueva línea de tres zagueros la forman Antonio Rüdiger/Kostas Manolas, Zukanovic y Daniele De Rossi, el capitán vuelve a retrasar su posición ante la carencia de un central con capacidad para la salida limpia que plantea Spalletti. Daniele es más útil abajo que en el mediocampo, el problema son sus continuas lesiones.


En el carril derecho el técnico ha rescatado a Maicon que es un especialista para este sistema, pero que sus virtudes no son las de antaño, aún así sin muchas obligaciones defensivas le puede ser útil al equipo midiendo sus incorporaciones para crear superioridad en mediocampo. En la izquierda cuando el equipo tiene el balón se posiciona El Sharawaay que partiendo desde ahí con libertad para pisar área ya ha demostrado su capacidad goleadora.


El faraón italiano ha entrado con el pie derecho en el equipo, sin balón en transición defensiva el equipo cambia a un 4-3-3 y el que se desplaza a la posición de lateral izquierdo es Zukanovic. En el medio Keita ha asomado tras su desaparición en el primer semestre, se ubica como medio posicional siendo el stopper del equipo sin perder el buen toque en corto, es el más capacitado para combinar el juego en estático que pretende el técnico.


A su lado Miralem Pjanic es el eslabón hacia arriba. El bosnio no termina de rendir con regularidad, Spallleti lo probó de enganche, pero ahí no participa del juego tanto como debería; él necesita ver el fútbol más de cara, tiene que dar un paso al frente y comandar el medio romanista sin ser un director de juego, es vital. La mediapunta es para dos interiores: Alessandro Florenzi, quien ha abandonado la banda para ofrecer alternativas al juego interior y poder ser más participativo y Perotti.


El refuerzo argentino desplazó al banquillo a Nainggolan. Sin el belga el equipo pierde dinamismo y presión alta a la salida de balón contraria, pero Luciano pidió a Perotti y le ha ofrecido dejar el extremo para ser mas determinante en el medio. El sudamericano es el faro en continuo ofrecimiento para sus compañeros generando espacios y buscando continuas rupturas.


En la punta el principal damnificado con el cambio de sistema es Edin Dzeko y es que los balones ya no llegan por los costados tanto como lo hacían antes, ni tampoco se busca hacer el campo más largo y ganar metros con un trazo largo hacia él. Quien hace la función de "falso 9" es Mohamed Salah (como en su día lo fue Totti), el egipcio se adapta mejor a este estilo, tiene capacidad para definir y moverse dentro y fuera del área, cayendo a la banda así como para bajar unos metros a recibir para ser partícipe del juego colectivo.


De momento la Roma ha encadenado tres victorias seguidas que le permiten seguir trabajando con mayor tranquilidad a Spalletti, los resultados son los que dictan sentencia, pero el técnico sabe que el estilo lo es todo y ahí le va a costar tiempo.


Al igual que su homólogo, en Madrid la eliminatoria de Champions medirá el nivel competitivo de esta Roma; la afición no olvida y sabe que Luciano fue el que precisamente eliminó a todo un Real Madrid en Europa, pero también recuerda el 1-7 con el que le castigó el Manchester el día que el hoy nuevo entrenador empezó a cavar su tumba en la capital.


Mucho por hacer, pero mas fácil si es en casa. Los seguidores hoy se muestran alegres de tener a Luciano; el tiempo dará un veredicto: Bienvenuto Spalletti.

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